Ya han pasado casi dos semanas desde una de las celebraciones más bonitas que recordamos en nuestra casa y el recuerdo de lo vivido sigue pintando una sonrisa en nuestras caras. El reencuentro con tantas personas increibles que han participado de nuestro caminar. El celebrar que después de diez años seguimos existiendo y seguimos aportando nuestro granito de arena a la transición ecosocial. El saber que el terreno y el edificio por fin es propiedad de Arterra y por tanto deja de estar en manos del mercado y la especulación. La música y los juegos compartidos. Esas deliciosas comidas…

Uno de los momentos más especiales de las fiestas, aunque no el más concurrido, fue la lectura de un pregón, como se viene haciendo cada año. Sin embargo, este pregón fue especial, ya que en el hay una retrospectiva a diez años vista. A continuación os compartimos el texto de ese momento tan emotivo que compartimos.


Hubo un tiempo en que este proyecto no existía. esto no tiene la menor importancia, excepto para quienes aquí han vivido , o seguimos aquí. Un día como el de hoy, para muchas de las que aquí estamos, nos es difícil imaginar un mundo en que no exista Arterra Bizimodu.

Se fraguó en el otoño 2013, reuniones cada dos semanas en un edificio frio. Entre personas que no se conocen. Hay una cierta magia en reconocerse antes de conocerse. Reconocerse como compañeras de aventuras, antes de conocerse y quererse como personas amigas.

Arterra es una aventura, es un hogar para muchas, un cohousing, ahora llamado vivienda colaborativa , es un proyecto y muchos proyectos, es una casa enorme, son campos revividos, son risas de niñas y niños, son juegos, y reuniones, y cocinar para 30 , o 40, o más. Es un lugar en que experimentar un estilo de vida diferente. Consciente, compartido, decrecentista, vinculado al cuidado del entorno.

No somos mas que nadie, no somos mejores que nadie. Solo hemos elegido una forma diferente de vivir que nos va bien, y que puede ir bien a otras personas, y que creemos puede ser una puerta, entre otras, hacia el futuro de un “otro mundo posible”.

Este proyecto ha vivido en este tiempo tantas experiencias que es imposible resumirlas realmente, y han vivido tantas personas que tampoco podría nombrar a todas sin el riesgo de olvidar nombres importantes. Porque todos los nombres son importantes. Importantes las que aquí seguimos ,y quienes han vivido un tiempo de sus vidas, quienes han venido a echar una mano, voluntarias diversas , amigas que siguen estando cerca y van y vienen., vecinas y vecinos que nos han prestado su ayuda tantas veces…

Los primeros años, arterra sobre todo pedía limpiar, rascar , tirar basuras, este lugar estaba plagado de restos, muebles destartalados, grasa pegada , electrodomésticos rotos, y cosas increíbles. En el tercer piso restos de la obra anterior sin tirar… celdas llenas de restos. Asadores de pollos llenos de grasa, sandiwchera rayos uva, maquina que tira pelotas de golf, maquinas de gimnasios repartida por múltiples lugares. Sofás asquerosos y esfondados. La cocina pegajosa. Limpiar tirar rascar. Limpiar tirar rascar, un mantra que duro al menos dos años de forma ininterrumpida. De lo material, y de lo inmaterial.

Arterra es un lugar donde sucenden cosas voluntarias e involuntarias… antes de llegar se desborda Errekatxar y entra agua y lodo por todo el pasillo norte, Se cae en plancha el muro del fronton exterior en febrero 2015. Se inunda el tercer piso, achicar agua a las 4 de la mañana por las ventanas del tejado, invierno y frio. Eso si, todas a una, cadena de cubos! Arreglar goteras, de agua de fuera y de agua de dentro. Atascos, instalaciones incomprensibles. Alguna caída memorable sujentando techo de Acuaria. Menos mal, todas bien.

El terrible incendio en 2020 , un desastre, todos apartamentos de voluntarias afectados. Una vez mas, todas bien, un equipo que reaccionó con rapidez y eficacia, los bomberos remataron. Terremotos al menos un par, el de 2020 tambien fue sonado. Como todas en el mundo , ese año pandemia, se cierra lo común, se abre lo comun, pcrs a saco, privilegiadas de disponer de patio y jardines Y como tantas personas, incertidumbre, pocas certezas, miedos, salud. Todas bien y salimos del Covid.

Mas inundaciones, siempre la Errekatxar que salta por encima del muriro construido y vuelve a entrar y llenar de agua y lodo. Este año pasado inundo la caldera, y le fundió unas cuantas cosas a la dragona! Un primer año sin calefacción, frio y mas frio, al comedor con gorros y anoraks…. Ai las calderas, la primera duró un par de años, la segunda, muy esperada, una caldera con mucha personalidad Luzi la dragona lleva con nosotras desde el 2017, le cuesta siempre despertar y tiende a ponerse en huelga de calor sobre el 4 de diciembre. Que sepáis que la palabra que mas aparece en los emails de arterra es caldera. Son algún mil los emails que llevan ese nombre… agitada la vida de quienes cuidan de la dragona.

La tierra, los campos, la huerta baratzan blai la soberanía alimentaria. La magia de ir convirtiendo una especie de cutre-golf , en un lugar de huertos y biodiversidad. Se va notando. Y siguen brotando pelotas de golf del suelo. Las huertas mejoran, producen. Crece lo silvestre, pájaros, bichos, perdemos ranas eso si, de los cantos del estanque en los primeros años a ahora. Hay menos ranas… depredadores suponemos. Arboles frutales que fuimos plantando y que empiezan a dar frutos. Setas por el norte. Gallinas, ovejas, corderitos, …

Sumamos comunales de secano para espelta y legumbres. Una panadería casera que transforma la espelta en pan. La huertas de Andurra. Apostamos por la soberanía alimentaria y algunas compas se vienen arriba, y compran algunas tierras cerca del rio, patatal, espárragos, este año llegan allí fresas y frambuesas. Seguir la labor de quienes antes de nosotras han cuidado de esa tierra y de ese suelo. Otra compa compra olivos en tierras de aibar, llega primera cosecha de aceite. Y se entrelaza lo personal y lo colectivo, tejiendo una trama tupida y de dibujos hermosos aun por descubrir.

En los años primeros, muchas tenían que ir a trabajar a Iruña, poco a poco se trabaja más en la zona, en casa, auto empleo, ; un nuevo proyecto-Gukalde- de conservas quiere despegar este año. Y sumarse a Ecohabitar editorial, a oficina Gen europa, a Baratzan Blai, a la cervecería Arte Birra etc propuestas para emprender desde lo local.

Acogemos a grupos, movimientos sociales, a la Rie en 2015 y el Gen Europe Gathering en 2016 , y ahí aprendemos que eventos grandes dos años
seguidos en verano…. Mejor no. Aprendemos de la experiencia. Acogemos una boda en 2018, de dos compas de casa, celebramos a lo
grande!

La danza clown cada semana santa, los cursos de facilitacion, colectivos que buscan donde reunirse encuentran aquí un espacio abierto y acogedor. La marcha en bici de Ecologistas, el encuentro de Coras, de Contact, de Batukadas de mujeres, feministas, grupos de hombres, la gente de Auzoenea, Etxekide, proyectos internacionales que aterrizan, Rehabitar la tierra en torno a la repoblación rural, convocamos Sembrando Futuros, llamando a otros movimientos que generan alternativas, el Laberinto de los Limites, que luego se hace internacional. Hay una vocación expresada de ser casa para más, y de que sea este un lugar para las alternativas sociales y ecológicas que creemos que este mundo necesita. Ser un Campus para la transición Ecosocial.

Voluntariado europeo que desde el 2017 se empezó a asomar tímidamente, y que hoy es parte de nuestra vida, gentes jóvenes generosas, aventureras, curiosas, llegan cada año a apoyar en la huerta, a apoyar en la vida cotidiana, llegan a aprender y experimentar. Sois bienvenidas cada año, os despedimos cada año con sensaciones entremezcladas. Algunas se quedan, y es una alegría para todas.

Arreglos y mas arreglos, capilla, el sur tras el incendio miles de pequeñas cosas, el mueble del comedor por fin de madera, puertas que de pronto descubrimos que cierran. Mucho hecho y mucho por hacer.

Soberanía energética, placas en 2018 y el año pasado mas placas, vamos siendo un poco mas autosuficientes. Pedete, Olorin, Puxkar, nombres para los biodigestores que desde 2015 han ido produciendo biogas para la cocina, a veces muy testimonial, otras mas abundantes.

Los procesos de grupo han ido afinándose, de la dificultad de organizarse en lo operativo de los primeros años, a una estructura que siempre puede mejorar, pero que funciona y sostiene cada día las necesidades colectivas y personales. La Sociocracia funciona, a veces cuesta implementarla en todas partes y círculos, pero ahí seguimos mejorando, y siendo referente en este modelo organizacional.

En los inicios agendas semanales que no se completaban, tareas sin cubrir, reparto de horas, contamos las horas durante todo el año 2016 y sabemos que como poco hacen falta 10.000 horas o terrones en lenguaje arterrano, para el mínimo confort cotidiano. Evolucionamos y nuestra estructura se ajusta una y otra vez. Si algo no asusta en arterra, es probar, modificar, intentar nuevas formas, evaluar y volver a empezar. Cada quien es sus círculos, en sus roles, sus responsabilidades. Cuidando de los momentos en que no hay tanta energía para lo común… porque se está criando, porque la salud no lo permite, porque tocan cuidados a otras, porque estamos de duelo. Surfear con todo lo que acontece en las vidas de cada cual, buscando equilibrios a veces imposibles, encontrando equilibrios temporales que van justitos, pero que funcionan.

Ciclos de celebraciones, hoy empieza todo en enero, Abril celebrar el dia de la tierra y el aniversario de Arterra, fiestas en el pueblo en verano, fiesta de la cosecha de gracias a la vida … celebrar es parte de hacer grupo, hacer comunidad.

Somos diversas, vidas diversas, diversos momentos en las vidas. Hacer de todo esto un coro que suene medio bien es el desafío que subyace a esa búsqueda constante de equilibrio en el dar y recibir y entre todas. Seguimos explorando.

Somos gentes grandes y pequeñas, en este tiempo han llegado al mundo en este lugar diversas niñas y niños. Cada llegada un gran regalo, cada nueva vida enciende un poquito mas un fuego de esperanza y alegría.

En 2022 murió el propietario de este lugar, y comenzó el proceso de compra. Decidir qué y como lo hacemos, con lo diversas que somos, conflictuamos, debatimos, soñamos, y llegamos a acuerdos, haciendo bueno el lema, es lo bastante bueno para ahora, lo bastante seguro para probar. Nos convertimos en cooperativa, y es esta la que compra, y compramos porque ya no imaginamos un mundo sin Arterra Bizimodu y comprar es una garantía para el futuro ( eso creemos)

Somos habitantes de futuros por crear, del presente vibrante en el que vivimos, de las dificultades que confrontamos y de los conflictos que nos sacuden. Parte de una trama tejida mucho mas grande , de afectos, propósitos compartidos, la intención irrenunciable de construir alternativas con otras muchas gentes.

En tiempos de un mundo convulso , entre guerras, genocidios, dolor y devastación, estando como estamos en la parte afortunada del mundo, de momento, aportar lo que podamos para dibujar un mundo capaz de construirse desde la solidaridad, el reconocimiento de las diferencias, la equidad , justicia, la paz y el equilibrio en el gran ecosistema que es la tierra,es nuestra motivación profunda para vivir como vivimos. Aquí seguimos, a por los siguientes 10 años de aventuras Gracias a todas nosotras por el apoyo, gracias por ser parte de una forma u otra.

Y sobre todo gracias a la tierra que todo lo sustenta, este planeta hogar tan maltratado, gracias Amalurra por tanta belleza, tanta abundancia, ser cobijo y ser hogar. Emen gaude amalurra. Gora amalurra, gora arterra.

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